El gobernador de Salta y precandidato presidencial, Juan Manuel Urtubey, asegura ser "inflexible" sobre la posibilidad de acordar con Unidad Ciudadana. "No podemos ir todos amontonados, somos diferentes", dice. Además afirma que si Roberto Lavagna se suma a Alternativa Federal es "para competir" en las PASO.
Por Pablo Falcone
Twitter: @pmfalcone
El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, se define como “inflexible” y se mantiene firme en el rechazo a acordar con Unidad Ciudadana. Incluso si la ex presidenta Cristina Fernández no es candidata. “Somos dos espacios políticos diferentes”, asegura.
El precandidato presidencial está convencido de que el kirchnerismo pierde en segunda vuelta con Cambiemos. “La grieta entre Guatemala y Guatepeor hace que los argentinos piensen en seguir con este gobierno”, dice en una entrevista con LA CAPITAL en el NH Gran Hotel Provincial.
– ¿Alternativa Federal puede ser una opción a la grieta?
-Soy muy optimista. Estoy viendo algo que realmente está tomando mucho volumen porque, más allá de lo que hagamos nosotros, prácticamente la mitad de los argentinos tiene muy claro que no quiere votar ni la continuidad del gobierno ni la vuelta del kirchnerismo. Esto habilita a nuestro espacio a saber que es muy competitivo en términos potenciales para poder ganar las elecciones.
-¿Cómo tomó la instalación de Roberto Lavagna como posible candidato presidencial?
– Nosotros hemos trabajado en la construcción de un espacio que busca crecer desde la diversidad y el pluralismo, no desde la idea del personalismo. De hecho, quiero ser presidente para salir del presidencialismo absoluto e ir a un sistema más parlamentario. Con esa lógica, que haya la mayor cantidad de voces y sectores dentro de nuestros espacio nos da más fortaleza y nos genera más volumen. Enhorabuena que Lavagna quiera competir. No me consta que así sea, salvo por lo que dicen los medios. Sería buenísimo.
-Aclaró que si se suma Lavagna es para competir. No está de acuerdo con una candidatura del ex ministro de Economía por consenso.
-Hay que competir porque si no perdemos razón de ser. Si no somos lo mismo que Cambiemos y Unidad Ciudadana que son espacios híper personalistas. Quiero una cosa distinta. Y repito: hay que ser coherentes con las ideas. Tiene que haber competencia interna y las PASO están vigentes.
-Desde el comienzo usted frenó el avance de un posible acuerdo con Unidad Ciudadana. ¿Sigue firme en esa inflexible postura?
– Sí, soy inflexible porque es la razón de nuestra existencia. O sea: vos tenés a Cambiemos y a Unidad Ciudadana. Nosotros estamos planteando un espacio para aquellos que quieren salir del gobierno de Cambiemos y no quieren volver al gobierno de Unidad Ciudadana. Ergo, lo tenemos que hacer desde un espacio diferente. Si querés hacer esto diferente con alguno de estos dos, no es sustentable porque no es solo una cuestión política sino también de sentido común.
“Estamos planteando un espacio para aquellos que quieren salir del gobierno de Cambiemos y no quieren volver al gobierno de Unidad Ciudadana”.
–Pero entre Cambiemos y Unidad Ciudadana se llevan el 60% de los votos. ¿No temen quedar atrapados en la grieta?
– No valido que la sumatoria de ellos dos llegue al 60% porque es un poco menos de 30% cada uno. Pero aunque fuera así, lo que dicen los números es que entre los dos principales sectores en el mejor de los casos pueden llegar a eso. Casi la mitad de la Argentina que puede llegar a eso. No quiere decir que todo el resto del país va a votar a Alternativa Federal, pero sí quiere decir que hay un espacio enorme para tener potencia electoral. Veremos qué pasa.
-¿Sigue siendo un opositor moderado o la situación del país ya no da para eso?
– Voy a seguir ayudando hasta el último día porque está demostrado que cuando al gobierno le va mal, a la gente le va a peor. Y si al gobierno le va peor, a la gente le va a ir muchísimo peor de lo que nos está yendo ahora. Hay que ayudar todo lo posible.
– ¿Pero qué piensa de la situación del país?
– Claramente las cosas no están funcionando. El gobierno no ha podido, no solo satisfacer las demandas de la sociedad, sino su propia expectativa. El Presidente planteó determinados parámetros de medición de su gestión y están saliendo mal como el tema de la pobreza y de la inflación. Eso no significa que no haya que ayudar.
-¿Le molesta que a Alternativa Federal se la defina como funcional al gobierno?
– Es que yo tengo una mirada totalmente diferente. Creo que los funcionales al gobierno son aquellos que desde el kirchnerismo validan que este gobierno puedan seguir estando con competitividad. Esta grieta entre Guatemala y Guatepeor hace que los argentinos piensen que es mejor seguir con este gobierno que volver al anterior. Si planteamos una alternativa superadora somos mucho más competitivos.
-¿Coincide en que Cristina pierde en segunda vuelta?
-Sí. Los argentinos no van para atrás, es muy difícil volver para atrás.
-Le planteo un escenario hipotético: Cristina decide no ser candidata. ¿Eso habilitaría un acuerdo con Unidad Ciudadana?
– Aunque no sea candidata, con Unidad Ciudadana somos dos espacios políticos diferentes y no le haríamos bien a la Argentina si no le ofrecemos esa alternativa. No podemos ir todos amontonados al mismo lugar cuando casi la mitad de los argentinos no quiere eso. No sería útil para la gente y por ende no sería útil para nosotros.
Reunión con el FMI
Usted fue muy crítico del nuevo desembarco del FMI en la Argentina. ¿Les expresó a los representantes del organismo sus dudas sobre el modelo económico?
-Sí. En realidad el planteo nuestro es lo que creo que tenemos que hacer. Ratifico lo que dije en su momento. No hubiese recurrido al fondo porque creía que la Argentina todavía tenía posibilidades de acceder al mercado de capitales. Una vez que vas al Fondo ya te corriste del mercado de capitales.
– ¿Qué le pareció el acuerdo entre el gobierno y el FMI?
-La Argentina acordó una política monetaria con el Fondo. Nosotros creemos que las formas de llegar al equilibrio fiscal primario que estableció el gobierno no son muy sustentables a mediano plazo porque llegar al equilibrio sobre la base de la suba de impuestos y la baja de gastos de capital tiene poca sustentabilidad.
-El FMI está obsesionado con las reforma previsional y laboral. ¿Usted estaría dispuesto a acompañar estos proyectos en los que el gobierno ya demostró que quiere avanzar?
-En realidad hablamos también de eso porque yo planteé en nuestra idea de gestión algunos de esos temas. En materia de reforma laboral para mí uno de los temas centrales de la Argentina tiene que ver con bajar el costo del trabajo. Sobre un sueldo nominal de 100 pesos, el trabajador cobra 65 y el empleador paga 135. Eso es un desaliento absoluto a la generación de empleo registrado en la Argentina. Lo que hay que hacer es bajar costos en lo que son verdaderos impuestos al trabajo, pero sin afectar los derechos de los trabajadores.
– ¿Y la reforma previsional?
-En materia previsional lo que estoy planteando es que aparte del sistema de reparto que tenemos hay que habilitar la posibilidad de generar sistemas de capitalización voluntario para los que lo quieran hacer. Eso puede generar un proceso de ahorro interno que nos permita no sólo mejorar los niveles de jubilación sino también garantizar su financiamiento.
-Muchos economistas coinciden que en el 2020 se va a tener que reestructurar la deuda. ¿Se planteó esa posibilidad en la reunión con los representantes del Fondo?
-Lo que pasa es que sólo el 15% de la deuda argentina está en cabeza del Fondo. El otro 85% está en manos de tenedores de títulos de todos los lugares del mundo, con lo cual es una complejidad mayor. Obviamente que el que tiene títulos en la Argentina está atado al rendimiento del país. Entonces, el planteo es que hay que sumar y asociar a aquellos que son nuestros acreedores al desarrollo de las Argentina. Los muertos no pagan deudas, necesitamos crecer y creciendo seguramente vamos a tener muchas posibilidades.